El masaje es un gesto simple y natural que permite una mejor conexión con el cuerpo y el alma. Es sin duda la mejor forma de mejorar el bienestar y la relajación, de forma rápida y sostenible.
Breve historia
La palabra masaje apareció en el idioma francés solo en el siglo XIX. Proviene de la palabra árabe «masah«, que significa «caricia de la mano«, «tacto suave» y «amasar».
En Europa, durante la Edad Media, los masajes eran desconocidos, ¡o incluso prohibidos durante ciertos períodos!
Desde 1968, se hicieron más utilizados por el placer, y a partir de la década de 1980, el uso terapéutico aparecio.
El masaje ha estado mucho más extendido en Asia, pero actualmente está atrayendo a más y más occidentales, que buscan formas de reducir su estrés y aspirar a una vida más plena.
Los diferentes masajes
Distingamos el automasaje (hacer un masaje a si mismo) del masaje realizado por una otra persona.
El masaje se puede practicar vestido, como para el masaje tailandés, o directamente sobre la piel desnuda como para el masaje con aceite.
El masaje puede ser completo, es decir, practicado en todo el cuerpo o localizado en ciertas áreas, como la reflexología.
Se puede realizar con accesorios y / o con las manos, codos, pies, etc.
Los beneficios son tan diversos como la variedad de masajes ofrecidos.
El masaje es a menudo sinónimo de placer y dulzura. Nos conecta a nuestro cuerpo, pero también a nuestra Alma, y nos empuja a desarrollar relaciones de confianza con otra persona asi como el universo.
Como regla general, mejora la circulación, relaja los músculos, acelera la eliminación de desechos a través del drenaje linfático, facilita la digestión y el sueño reparador.
Aumenta la energía, la fuerza de voluntad y la alegría de vivir. Se dirige tanto al bienestar físico como mental ya que los dos están íntimamente relacionados.
Promueve la secreción de oxitocina y endorfinas, las famosas hormonas del bienestar con efectos eufóricos y analgésicos.
Contra-indicaciones
Sin embargo, tenga cuidado con las contraindicaciones, como enfermedades degenerativas, lesiones o fracturas recientes, problemas cardíacos, inflamación, etc. Las mujeres embarazadas tampoco deben recibir masajes inadecuados. En caso de duda, busque ayuda médica.